Mal que nos pese, la campaña de este año ha terminado y a estas alturas, ya nos es posible hacer una valoración objetiva de lo que supone una actividad de estas características;
La planificación y el trabajo de equipo ha sido fundamental para que este primer año en la zona haya sido más que fructífero y a pesar de no lograr pinchar con ninguna cueva de especial relevancia, se ha suplido esta carencia con un enorme trabajo de catalogación y de desgaste por los inmensos y bravos lapiaces. Más de cuarenta cavidades localizadas, de las cuales la mitad corresponden a las marcadas por el grupo francés SCOF (años 60 y principios de los 70) y otras tantas nuevas, avalan dicho trabajo. La pena de únicamente contar con los fines de semana para estos menesteres, nos frenó un poco la labor....pero bueno, la coletilla "a largo plazo", resuena en la cabeza de todos y nos esperan muchas jornadas por aquellos parajes.
El segundo puntal en el que se ha basado el éxito de la campaña nos lo proporciona la propia zona de trabajo. La gran balconada definda entre Barrastrosas, Gustellagar, Jou Reseco y Vegarredonda, nos llenó la cabeza de imágenes imborrables a la salida de las cuevas, durante los pateos, las noches estrelladas, etc, etc.
Por último, y sin duda, lo que da más relevancia a todo lo mencionado anteriormente, envuelve al equipo humano y al gran ambiente en el que se desarrolló toda la campaña. La clave del éxito: "DISFRUTAR".
Los participantes:
Duli, Jose, Santi, Chiki, Cantia, Nerea, Justín y el menda.
Las actividades se desarrollaron durante todos los fines de semana desde Julio a Septiembre, salvo uno de Agosto que pasamos en Ubiña. A finales de Septiembre y primer finde de Octubre, algunos diañus y cuasacos pudieron juntar una semanuca por la zona.
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