Después de una primera exploración de la zona por parte de Ángel, y poniéndome al corriente de las posibilidades barranqueras del río de la Magdalena, decidimos estudiar la zona en serio. Por supuesto, consultamos mapas y demás en nuestra oficina del Sabil, degustando exquisitos líquidos que ayudan en estos menesteres a crear un ambiente perfecto para preparar estas actividades.
Decidimos que tenia muy buena pinta un afluente del río de la Magdalena, el arroyo de Carrocera. Éste, salva un desnivel importante en muy poca distancia, pasando por un laberinto de paredes que prometían algo chulo, también a valorar el precioso bosque que tendríamos que atravesar para dar con el río.
Nos plantamos en el pueblo de Barrio para explorar la zona, no nos equivocamos con el bosque y resultó ser precioso, típico de Teverga, muy limpio y fácil de caminar, con buen camino, aunque, eso sí, partes de este camino estan condenadas a desaparecer por falta de uso. Es una pena. Después del bosque salimos a un terreno de vegetación más baja (típico de cotas más altas), dando vista a la pista que sube a la Braña de Fonfría; llegamos a un alto del camino donde se da vista al cañón que forma el río de la Magdalena con una impresionante vista del encajone por el que tendremos que pasar cuando bajemos el cañón. Animados por que el tema promete, seguimos un poco más y en otro alto del camino ya damos vista a nuestro río. Exploramos un poco la zona, hasta que unos cortados nos hacen dar la vuelta y nos confirman que el arroyo de Carrocera esconde una parte interesante para descender con técnicas barranquistas, el río de la Magdalena una incógnita.
Dos fines de semana después, ya preparandónos en Barrio para acometer el descenso nos surge un imprevisto, el bidón estanco del taladro no entra en el petate, no pasa nada, acabamos en Marabio abriendo una via de escalada, y dejamos Carrocera para el siguiente fin de semana.
El 14-09-08 con petate nuevo y con todo bien estudiado, nos metemos al río en un magnifico dia.
1.Bajamos unos cientos de metros hasta que ya no pudimos continuar sin el neopreno; nos sorprendió gratamente el generoso caudal.
2.La primera cascada, es un bonito salto de unos 15 metros que forma un pequeño circo. Anclamos la cuerda a una rama de árbol fiable y descendemos; que sorpresa nos llevamos cuando vimos el tramo de río que nos esperaba. A continuacion de la primera cascada, un giro de 90º a la izquierda, una pequeña cascada en un canalón, y un estrecho y rectilíneo pasillo de paredes de cuarcita precioso, este tramo sin duda, es de los más bellos que conocemos excavados en cuarcita.
3.La cascada del canalón, la equipamos metiendo un anclaje expansivo con el taladro, y salió un bello rapel acuático de unos 8 metros. Ya metidos en el pasillo, nos tomamos nuestro tiempo disfrutando el espectáculo vertical que nos rodea; más adelante un resalte de unos 6 metros que solventamos con un pequeño rapel desde un gran bloque que forma una pequeña cueva.
4.Después abordamos dos pequeños saltos de agua seguidos que superamos destrepando con precaucion y nos plantamos ante otro giro de 90º, esta vez a la derecha, enfrentando ya la cabecera de una gran cascada preciosa, aquí el rio se abre al bosque y el precioso pasillo pasa a ser historia. Equipamos esta cascada en un incómodo árbol a mano derecha, (esta cascada, actualmente la reequipamos con dos anclajes expansivos para mejorar el acceso y el tiro de la cuerda en el descenso), en esta cascada nos sale un precioso rapel de 32 metros, formando un grandioso circo. Continuamos nuestro descenso, ya en cauce abierto y por un bosque espectacular, otro pequeño resalte y, en unos
100 metros, llegamos a la confluencia con el río de la Magdalena. Seguimos éste unos metros hasta dar vista a un camino situado a la derecha que en 30 minutos nos deja otra vez en el pueblo de Barrio, eso si, esta vez con los deberes hechos.
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